Los consumos culturales en tiempos neoliberales
Permítanme en esta ocasión ponerme un poco autorreferencial. Ayer fui a ver Captain Marvel. Al ser un gran fan de la etapa de Kelly Sue DeConnick en los cómics, me entusiasmé al enterarme no solo del anuncio de la película, sino que ella fue consultada para el armado del guión. Llevaba meses siguiendo a Brie Larson en Instagram para ir construyendo hype cada vez que subía algo relacionado. Analicé profundamente el primer tráiler buscando referencias, pero me abstuve de ver los otros para no ir con demasiada información al cine. Seguí de cerca el drama de algunos sectores de las redes sociales criticando muy duramente la película –antes de que saliera- con argumentos moderados aunque discutibles del estilo “no me convence la actuación; no me da superheroína”, otros implícitamente machistas como “no sonríe”, y otros más abiertamente misóginos como “no tiene buen culo”. Es evidente no sólo que es molesto que el lugar protagónico lo tenga una mujer muy cercana al movimiento feminista, s...