¿Cómo hablar con un terraplanista?
¿Que qué tienen que ver Pac-Man y la tierra plana? https://newsweekespanol.com/2018/05/efecto-pac-man-tierra-plana/ |
Netflix es un lugar extraño.
Se ha vuelto fácilmente el centro de entretenimiento favorito de cualquier persona. La renovación constante del muestrario principal hace que uno se mantenga al tanto de las series que están en boga, pero cuenta con una videoteca tan amplia que, para ser más clara, es necesario reducirla. Esta reducción que se muestra está basada en las preferencias del usuario. El algoritmo encargado esconde lo que cree que no nos interesa y nos muestra lo que sí, siempre con mucha presencia del contenido propio de la plataforma. Por supuesto ningún algoritmo automatizado es del todo fiable, y se nos pierdan cosas. Ni hablar del catálogo de películas: cuántas joyas escondidas habrá atrás de esas ciento trece películas de Adam Sandler.
Ante esta situación, siempre intento abrir Netflix ya sabiendo qué quiero ver para no verme abrumado por la oferta, y por suerte para mí, en el podcast Peer 2 Peer de Vos No Entendés, un canal de Twitch que se centra principalmente en video juegos y tecnología, Leo Valle recomendó muy fuertemente Behind the Curve -cuyo nombre adaptado al español es Tan Plana como un Encefalograma-, un documental de terraplanistas, al cual me tiré de cabeza.
Una persona promedio, o con cierto nivel de educación, no va seriamente a escuchar los argumentos de los terraplanistas para dejarse lavar el cerebro, así que pensé que podría ver este documental riéndome sin ningún tipo de culpa de la gente dando la batalla más estúpida del planeta.
Sin embargo, el documental es francamente sorprendente. No sólo contrapone las teorías conspiranóicas con data dura científica de una forma clara y fácil de entender, para dejar en claro qué piensa el director acerca de la forma de la tierra, sino que también se mete profundamente en la vida personal y perfil psicológico de los referentes del terraplanismo -porque sí, tienen sus propios referentes- para entender el lugar de dónde vienen, a qué público apuntan y cómo llegaron a ser cada vez más masivos.
Si bien no tengo ningún contacto en mis redes sociales que sea terraplanista declarado, hay muchos que usan la misma lógica para debatir sobre cualquier tema. Usan la teoría de cualquier conspiración o data científica de fuentes dudosas para sostener su sistema de ideas. Y aunque esto no fuera así, tendrían el derecho de opinar como les cuadre, aunque estén defendiendo una causa indefendible o simplemente equivocados. Y es que, al final del día, todas las opiniones son válidas ¿O no?
Bueno, no. Si, por ejemplo, vamos a sostener un sistema democrático, no es posible permitir que se promulguen ideas antidemocráticas. Las ideas que defienden la desigualdad, la segregación de ciertos sectores económicos, étnicos o sexuales no tienen cabida en una visión de un mundo mejor para todes. Es la paradoja de la tolerancia, como lo definió Karl Popper o alguien parecido: las sociedades tolerantes deben ser intolerantes ante la intolerancia.
Entonces, la gente de derecha no será terraplanista, pero usan sus mismos métodos, y ganan más adeptos cada día, basta con ver los gobiernos latinoamericanos.
Se vienen tiempos electorales, y aquellas personas que militamos, ya sea orgánica o personalmente, en el campo nacional y popular tenemos que empezar a prepararnos mentalmente para lo que va a ser una encarnizada batalla por nuestro futuro inmediato.
Porque básicamente, la política es la lucha por ocupar los espacios de poder. Sin tener los instrumentos de poder, no podemos cambiar de forma más significativa nuestra realidad y la de los que nos rodean. Por supuesto que esto no desmerece las luchas de las organizaciones que trabajan a nivel local, pero todas estas luchas son más cómodas cuando el contexto macro económico favorece.
Entonces, nuestro objetivo, creo yo, primariamente es no seguir dividiéndonos, si nos seguimos señalando con el dedo entre troskos y peronchos a ver quién es más funcional a la derecha, estamos mal. En segundo lugar, es ver cómo volvemos a captar a ese que no es de derecha, pero es susceptible a esas ideas del estilo "a mí la política nunca me dió nada" o "gane quien gane, yo tengo que salir a laburar igual". Son los que en una elección terminan haciendo la diferencia, así que no podemos ir a la casa de estas personas a reírnos y tirarles huevos porque votaron a Macri, porque a nadie le cae bien que le resalten sus errores, y no estamos en condiciones económicas de desperdiciar huevos.
Lamentablemente, a estos personajes hay que captarlos, seducirlos si se quiere, y eso requiere mucho tacto, un tacto que tal vez no caracterice a quienes nos gusta hablar de política en foros privados o semi públicos, pero que es, a mi entender, totalmente necesario en estos tiempos, antes de que todos voten a la derecha, o se conviertan al terraplanismo.
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