El arte de oponerse a la derecha

¿Qué podemos esperar, encontrar y producir en los discursos artísticos en el marco de un gobierno democrático (guiño-guiño) de ultraderecha? Este texto no busca ser una respuesta estática, una declaración de principios solemne ni un bodrio de manifiesto pretencioso. Es sólo una invitación a pensar el suceder de los lenguajes artísticos en el período político que comienza.




Quienes tenemos el descaro de designar una de nuestras neuronas a la realidad política y social de las clases populares de esta gran nación, y la otra restante la dejamos en remojo en los placeres, problemas y pajas estético-intelectuales del mundo artístico, nos debemos una discusión de nuestro transcurrir en una realidad mediada por redes sociales que nos para frente a una encrucijada: ¿Debemos dejar de lado esos espacios en los que se alimenta esa relación competitiva, onanista e individualista del arte para volver al contacto físico cara a cara con las obras, lxs autorxs y la comunidad que las rodea? ¿O, por el contrario, estamos obligados a tener una presencia más potente y constante en ese dispositivo que desde el campo popular se ha descuidado, dejando abierta la puerta para el crecimiento de un nuevo sentido común de derecha?

Intuyo que la respuesta a este parteaguas es: sí.

Si bien creo que aún no entendemos en su totalidad el mundo que empezamos a caminar después de la pandemia, es bastante evidente que cambió nuestro vínculo con el resto de la sociedad como lo conocíamos. Aceleró procesos de virtualización y distanciamiento, lo cual puede ser virtuoso para el trabajador, por ejemplo en el caso del teletrabajo, pero a su vez rompe el tejido social y quedamos intermediados por una pantalla. Como reitera Santiago Levín en sus columnas de Segurola y Habana en Futuröck, el concepto "Aislamiento social" puede habernos traído consecuencias aún más negativas que los vivos de Instagram y un furor incomprensible del pan de masa madre.

En este mundo distópico es que ganó terreno y representatividad un ala ultraderechista que pendula entre lo pintoresco y lo supinamente estúpido. Por supuesto que los pueblos no se equivocan, y las continuas decepciones de representación política llevan a nuevos emergentes, pero para hacer un diagnóstico correcto, nos debemos unos momentos de intentar comprender seriamente ese núcleo duro alimentado gallináceamente a base de cosplay, memes de DBZ y un sentimiento profundamente anti-intelectual y antiprogresista.

Creo que sería un error desde el campo popular limitarse a hacer una mímica de la estética esquizo y shitpostera de los ámbitos filo libertarios, pero no podemos dejar de figurar en medios como Tik Tok y dejarlo librado a que sigan creciendo y se refuercen estos fenómenos autoritarios. El desafío entonces es hacer un Gotenks¹ entre una difusión de ideas más o menos complejas -en una lógica de plataformas que no lo favorece- con una estética camuflajeada² con sus propios desafíos, a saber, bajar los niveles de agresividad de las redes, generar diálogo con un nuevo sujeto político, tener y mantener el sentido del humor, etc.

Queda, por otro lado, pensar el arte en el ámbito físico, el mundo real, lo tangible, presencial, lo presente. Acá es donde podemos armar lío en el mejor de los sentidos.
Porque no vamos a negar que lo under tiene esa mística sensual -sensorial- que se potencia en la opresión. Entre más se intente unificar un discurso conservador y represivo, tanto más escandalosas y necesarias serán esas expresiones que ya son contestatarias desde la misma convocatoria a encontrarte con otras personas de carne, hueso y otros tejidos.

Podemos soñar con crear la ingeniería inversa del distanciamiento social apocalíptico al que sobrevivimos de pedo y reencontrarnos en el goce, el abrazo, el canto y el baile. Porque el arte de los márgenes nunca tuvo plata ni miedo a decir las cosas más desgarradoras con un chiste o una canción, manteniéndose siempre dentro de una magnifica corrección política del sentido pero no de las formas.

Y acá hablo ya como un modesto artesano de sahumerios musicales, un vendedor ambulante de pulseritas sonoras, en la responsabilidad que nos toca a lxs artistas a ocupar más que nunca esos espacios, de lo digital, pero principalmente de lo real. Aquí me gustaría dedicar una línea -como dijo Juanse- al querido público: banque a su artista local de confianza, no acepte imitaciones del mainstream.

Referencias:

¹ Dragon Ball (manga) - Capítulo 480 "ついにできたフュージョン!!- Finalmente la fusión está perfeccionada!!"

² Ricardo Arjona - Dime que no - Sin daño a terceros (1998)

Otros lugares donde robé:

Este texto de revista Anfibia abre otra puerta interesante acerca de cómo pensar y entender los fenómenos híbridos con la tecnología como herramienta artística, además, así tiene más sentido el link del juego que puse al principio porque ME PINTÓ.

Revista Anfibia - TECNOLOGÍAS EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO Por: Jazmín Adler

Texto random

El Confidencial "La que está profundamente comprometida con la Cultura es la derecha"

Lo REAL y lo VIRTUAL después del triunfo de MILEI | Fede Vazquez en #Segurola con Julia Mengolini



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